Llueve en Amazonia



                                                                                                                                       Lluvia en el Amazonia

Domingo por la tarde, el calor da un respire y comienza el viento a encrespar la superficie del rio. Oscuro 3\4 del cielo, a mi derecha, por sobre el horizonte, un cielo claro, casi inocente, como de que aquí no pasa nada.

Nuestra torre, a la merced de los vientos, que llegan cargado de pequeñas gotas al inicio que pronto se vuelven un verdadero diluvio, de aquella forma de llover en lugares tropicales.

Y los árboles de al frente se desdibujan entre la humedad y la bruma. Y el cielo truena, como un viejo barrigón imponente, un rugido, un vuelve a tu lugar humano destructor.

Quizás una estrategia del cielo para apagar esos incendios que veíamos al entrar por el río, incendios provocados, en pro del desmatamiento.


                                                                                                   Selva Quemando

 

Porque en la selva te das cuenta de tu tamaño…. Pero también de la capacidad destructiva de los tuyos, que le han quitado hectárea tras hectárea a esta tierra, para construir ciudades, carreteras, villas militares, plantar soya, y un grande etcétera. Todo por el fin de hacerla “productiva” como si no bastase ser el pulmon del planeta, una reserva de flora y fauna inigualable.                             

Porque como dijo Lula, “ no podemos impedir que el desarrollo llegue a todos”.

Y si le preguntamos a los indios ribereños? Que prefieren? Seguir o intentar recuperar su estilo de vida centenario, con su unión con la tierra y el río, sus costumbres y su cosmovisión o abrazar la famosa y tan alabada modernidad y acabar siendo los pobres del tercer milenio?

Porque el famoso desarrollo no llega para todos de la misma forma, no es democrático, unos son los que conducen los grandes proyectos, otros son la mano de obra barata, los primeros se llevan las ganancias y que dejan?

Un indígena que cambio su escala de valores, que se importa por el dinero, que tiene afán de consumo, que valoriza las costumbres “blancas”, mujeres de piel morena, pero tenidas de rubio, hombres con deudas en casas comerciales, para comprar los objetos de estatus, la televisión, el celular…

Dejan tierras desvastadas, sin florestas para protegerlas del inclemente sol ecuatorial, ciudades confusas, mal planeadas, con una sobrepoblación de automóviles, tiendas de productos plásticos chinos, que acaban virando basura con enorme rapidez…

Y donde están ellos? En su hacienda climatizada?

Esta tierra al contrario de lo que parece, no es buena. Es una pequeña capa fértil que es mantenida por la propia floresta, que cuando la tiran, no es muy productiva.

Y el daño esta hecho. No se puede volver atrás. No se puede reforestar y conseguir el mismo efecto. Como si se pudiese replicar un ecosistema, el crecimiento de los árboles, sus raíces planas y altas, los líquenes y musgos que tapizan sus troncos...


                                                    Hongos en Arboles

los insectos en su enorme variedad, esos árboles “parásitos” ese suelo blando de tantas hojas caídas sobre otras hojas, esos sonidos rítmicos al caer la noche, el despertar entre la bruma, el frescor de la floresta.

Así que llueve oscuro cielo, llueve y apaga el fuego, llueve y mantiene el milagro, llueve y subsiste un día mas.


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